Recuerdos de otra ciudad
donde las cosas fueron diferentes;
caminos venturosos de la infancia
y lugares irreales de los viajes.
Parques en los que todo era sol,
desenfado y risa,
y tardes de domingo en bares
llenos de música y nostalgia.
Y ahora estoy aquí,
amando todo eso que se fue;
a la espera de que me digan
dónde debo ponerme,
si debo decir algo
o sería mejor que me marchase.
Refugiado en esta habitación sin vistas,
con la compañía de amigos
que me cuentan sus verdades
desde las páginas de un libro;
y enviando cartas sin respuesta
porque los poemas que quiero escribir
otros los escribieron antes.
José Rincón
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