La cuerda de niños cruzando la calle entre los coches hacia el refugio de unos soportales. El tráfico está detenido y cada uno de los escolares va cogido a la ropa del que tiene delante. Unos ríen, otros tratan de zafarse. Las maestras procuran mantener el orden en este lugar peligroso de la gran ciudad y los conductores se muestran inquietos e impacientes. Un cordón de felicidad a lo largo de la calle.
José Sánchez Rincón
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